El polvo es un factor decisivo. Cuando realizamos tareas de cincelado, derribo y demolición, acaban en el aire muchas partículas finas de polvo. Y en el caso del hormigón, son malas noticias. Las partículas de polvo de sílice pueden ser 100 veces más pequeñas que un grano de arena. Son tan ligeras que pueden permanecer en el aire hasta 12 horas sin moverse. Muchas personas las inhalan sin darse cuenta. A largo plazo, esto puede provocar graves problemas de salud, como la silicosis (cicatrización y rigidez de los pulmones).
La mejor forma de controlar el polvo es impedir que pase al aire. Por ello, hemos diseñado nuestras soluciones para el control del polvo en el cincelado que:
- Se adaptan a la perfección al martillo perforador o demoledor
- No estorban en el trabajo
- Capturan el polvo justo en el punto de cincelado
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